Inolvidable Sables,
una parte de mi se queda para siempre en
el Desierto. Ahora queda transmitir todo lo que hemos aprendido a los demás,
intentar que todo sea mejor, que nuestros hijos sean felices y que crezcan y se
eduquen en base a los valores que el deporte representa y que en este tipo de
experiencias se hacen aún mas evidentes.
Estos días todos me felicitáis por un puesto en la
clasificación, yo os lo agradezco pero los que hemos estado allí sabemos que
eso es lo de menos, allí todos, independientemente del puesto en el queden,
salen al límite, todos son vencedores, incluso los que no llegan a Meta. Estar en
la salida de sables ya es una Victoria.
Sables no es solo una carrera, es mucho mas, cuando te
visita al campamento un chaval de apenas 15 años que ya ha superado dos veces
un cáncer y que su máxima ilusión es estar en esas jaimas, cuando tienes el
privilegio de compartir los últimos metros de la carrera mas dura del mundo con
un chico ciego que corre junto a un humilde guía, leyenda de la prueba con mas
de 10 victorias en su haber y te permites el lujo de dejarlos pasar, gritarles
que ya lo tienen y ver como zancada a zancada aumentan la velocidad sabiendo
que lo han logrado, cuando ves como día a día un grupo de bomberos realizan la
gesta de transportar en un carro a través del Desierto a chicos con alguna
discapacidad obteniendo como premio la feliz mirada de esos niños, cuando en la
etapa nonstop al día siguiente de empezar tras 36 horas de etapa todo el
campamento sale a recibir en meta a los últimos en llegar como auténticos vencedores
de la etapa, es en todos esos momentos cuando realmente entiendes que Sables va
mas allá de una competición deportiva, que eso realmente es lo de menos.
Siempre me dicen que es una prueba cara, yo en cambio pienso que son euros muy
bien invertidos, aprender no tiene precio.
Gracias a mis compañeros de Jaima y expedición, he aprendido
mucho de vosotros, admiración total, personalmente tengo especial preferencia
por los humildes, los que no hacen ruido, he tenido la suerte de dormir cerca
de alguno de estos, valientes de corazón, elegancia en la arena, ojala el mundo
estuviera liderado por estas personas y no otras, estoy convencido de que todo
marcharía mucho mejor.
Me ha encantado combatir con el Desierto, desde el principio
me lo tomé como una pelea personal contra la arena, por suerte cambie el chip
rápido e hice de la arena mi aliada, cuanto mas difícil mas disfrutaba, admito
que he echado de menos el terrorífico paso del Chebi, podría decir que nuestra
cuenta sigue pendiente. He salido a muerte en cada etapa, corriendo con cabeza
y llegando a cada Meta vacío y Feliz de saber que lo había dado todo, he bailado en
cada Meta, era la mejor manera de devolver todas las energía y dar las gracias
a los que apoyaban desde casa pegados a la webcam y siguiendo la carrera
checkpoint a checkpoint.
La etapa nonstop ha sido la mas larga de la Historia de
Sables, se podría decir que puede ser lo mas duro a lo que se puede enfrentar
un corredor de fondo, paradójicamente de todas mis etapas como deportista ha
sido el día de mi vida que mas he disfrutado, los últimos 17 kilómetros cuando
ya no me quedaban fuerzas los corrí sin parar como un loco, como si el mundo se
acabara, como si fuera mi último día, fue algo mágico, la soledad de la noche
desértica cubierto por miles de estrellas y con las lejanas luces de las
balizas como única guía, sin ningún corredor cerca, cantando sin que nadie me
oyese, las piernas iban sola y mi mente estaba en otra parte, mientras avanzaba
me imaginaba a mi Padre corriendo a mi lado, si os soy sincero, me hubiera
quedado allí toda la vida, corriendo y corriendo sin parar, sin importar la
distancia ni el terreno, solos mi Padre y yo charlando tranquilamente sobre
cualquier cosa.
Me pregunta cómo es posible que haya vuelto a Sables y yo me
pregunto qué hacer para no volver.
Por último daros las gracias por todos los ánimos previos y durante la prueba, por todas las felicitaciones y especialmente por ser mi inspiración diaria. Espero que hayais disfrutado con la Aventura y que el mensaje perdure.
Jaima 15, Jaima 82, expediciones 2014 y 2015, por siempre en
mi corazón.
Dedicado a mi Padre, Madre, Hermanos, Amigos, María y
especialmente a mis tres pequeños.
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