No sé cuantos maratones llevo exactamente, ni muchos ni pocos supongo, el domingo pasado corrí el Maratón de mi ciudad, Sevilla, fue un Maratón totalmente diferente a todos los anteriores.
Aunque a alguno le pese, me lo tomé como un entrenamiento, en mes y medio estaré corriendo el Maraton de Sables y el domingo fui a acumular kms en mis piernas con la mochila a cuestas.
Pero realmente no fui a eso, fui a intentar mejorar en algo mi desempeño como persona y tratar de ayudar un poco (sé que no es suficiente y que queda mucho por hacer), acudí a la llamada de un equipo, de un Padre y su hijo que luchan por que cada vez haya mas donantes de Medula y por lo tanto se puedan salvar la vida de personas con la necesidad de un donante.
Por circunstancias que no vienen al caso corrí despacio hasta llegar al km. 32, allí esperaba Manuel, un niño que lamentablemente ha padecido dos veces un linfoma de Hodgkins y que ha superado la enfermedad en ambas ocasiones, un ejemplo en vida de que esta enfermedad se puede superar.Cuando conocí a Manuel ya estaba curado y no puedo imaginar por lo que han pasado, pero tengo claro que se merece lo mejor, así, el domingo, mi único objetivo y de los que íbamos con él fue que disfrutara a tope esos 10 kms del maratón, espero que lo lográsemos.
He cruzado muchas Metas, algunas extremadamente bonitas, pero ninguna como la del pasado domingo, en mi memoria quedará para siempre la imagen de Manuel junto a su Padre corriendo a tope por el exterior de la pista escoltados y jaleados por su equipo hasta cruzar la Meta.
No importan los kilómetros ni las marcas.
Mil gracias al equipo de Manuel en Sables por hacerme participe.
Gracias a todos por los ánimos y cariño durante toda la prueba, fue bestial.
Gracias a los Voluntarios.
En unas semanas estaré en el desierto, allí muchos kilometros irán por ti Manuel, has entrado de lleno en mi corazón y en el de muchos.
Saludos
Manuel Olmo.
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