24 de Junio, Ironman Roth (Alemania)
7 y 20 de la mañana, suena la bocina, no hay prisas, dejamos que nuestros acompañantes despejen un poco el canal y comenzamos a nadar. Rafa a la derecha, Juanma en medio y yo a la izquierda. Empezar tranquilo es importante, vas calmando toda la tensión acumulada en los días previos y te concentras en la prueba. El día está perfecto, vamos avanzando paralelos a la orilla, muy cerca de esta. Tenemos el sol de cara y no se ven bien las bollas, da igual, ya llegaremos. Tras un buen rato pegamos el primer giro, voy mentalizado para este tramo porque es larguísimo. Cambiamos de formación y Juanma se mete detrás a seguir mis pies, mas adelante pasa Rafa y finalmente Juanma. Se me hace corta la vuelta y llegamos al último giro, solo quedan unos 500 metros que se hacen muy rápido. Salimos del agua y me doy cuenta de que no voy nada cansado. Ahora empieza lo divertido, primera transición. Nos colocamos cada uno en el pasillo donde esta nuestra bolsa con todo lo necesario para la bici y entramos en una enorme carpa para cambiarnos, aunque no hay prisas haces las cosas rápido, hay que coger mil cosas y sobre la marcha decidir que ropa ponerte (abrigo o no). Al final nos ponemos ropa corta ya que parece que no va a llover y hará unos 20º. Salimos de la carpa y cogemos la bici, Rafa se queda un poco atrás en este cambio, Juanma y yo salimos a la misma altura. Empezamos la bici muy despacito, esperando que llegue Rafa, el caso es que pasados unos kilómetros no llega, luego nos enteramos de que se había caído.
Empieza el tramo que mas temo, 180 km de bici en solitario, nunca los he hecho, lo máximo que he hecho nunca han sido 140 en grupo y acabé hecho polvo, no sé como responderá mi cuerpo en el maratón tras la bici. Tengo dos consignas claras, la primera comer y beber con mucha frecuencia y poca cantidad, la segunda ir despacito. Nada mas empezar la bici me doy cuenta que necesito orinar, la opción mas lógica es parar en la cuneta pero aquí la lógica se dejó a un lado hace mucho así que aprovecho una bajadita me pongo de pie en la bici y meo sobre la marcha, Dios que gusto. Paso a Juanma y me comenta que quiere parar a mear, mi respuesta es clara, quillo, ¡¡sobre la marcha!!, kilómetros mas en uno de los muchos adelantamientos mutuos me comentará que ya ha meado 2 veces (Joder y decía que no podía). Los kilómetros van cayendo, sobre el 50 me entra una pequeña crisis mezcla de bajón y pánico, en estos momentos hay que mantener la cabeza fría y evadirse, el bajón pasa. Por fin nos acercamos a unos de los puntos calientes de la prueba, la Solarberg, es una cuesta de unos 500 metros petada de gente hasta arriba y con musica a todo volumen cuando yo pasé ACDC (ni pidiéndolo!!!), el subidón es sublime, al paso de cada ciclista la gente se te echa totalmente encima animando a tope, el estado de euforia es total, indescriptible, hay que vivirlo, pensar que hay que volver a pasar por ahí es un buen motivo para seguir. La segunda vuelta se hace dura, muy dura. Te duelen las piernas y las fuerzas empiezan a flaquear, la media va bajando, al dolor de piernas se une un dolor de cuello insoportable que hace que no puedas acoplarte a la bici, la postura es imposible de aguantar y lo peor de todo es que la parte externa de la rodilla izquierda me pide que deje de pedalear, siento un dolor agudo en esa parte. Sobre el km 130 me sobreviene otro momento crítico, este lo esperaba desde antes de empezar la prueba, había llegado el momento de aguantar, aguantar sin mas, empiezo a mirar el cuenta cada 2 o 3 kilometros, hay que seguir hasta el final, no me queda otra. Sobre el km 160 llega Rafa (vaya campeón) nos comenta que se ha caído pero que no ha pasado nada, viene con fuerza y se aleja un poco, a mi lleva ya tiempo doliéndome mucho la rodilla izquierda y decido apretar en bici para que termine el dolor de la rodilla, sin mas meto plato y me pongo a darle fuerte sin pensar en el maratón solo en bajarme de la bici. Por fin llega el km 180, fin de la bici. Un voluntario te recoge la maquina y me dirijo a la carpa para ponerme el mono de triatlón, botines, gorra,.... está lleno de chavalitas y de señoras ayudando a los triatletas, yo busco donde cambiarme pero se ve que me voy a tener que despelotar allí en medio, la verdad es que estoy tan cansado que me da exactamente igual así que procedo a enseñar las bolingas y tranquilamente me voy cambiando, Juanma me pega una voz, Rafa y él ya han llegado y se están cambiando también. Salimos los tres juntos de la carpa y echamos una meadita en los servicios que hay fuera. Yo comienzo a trotar y siento un dolor tremendo en la rodilla cada vez que piso con la pierna siento como si me clavaran una aguja en la rodilla, por dentro me vengo abajo, lo primero que pienso es que va a ser imposible terminar así todo un maratón, vaya putada. Por detrás escucho a mis compañeros de fatigas con los típicos comentarios, quillo que vas muy rápido!!!!, estas loco!!!,....Yo tiro, por dentro jodido y pensando que ni de coña acabo, llegar hasta aquí para esto!! Me alejo de mis compis, ellos van a su ritmo, no me cabe duda de que acaban seguro. Yo, poco a poco me voy acostumbrando al dolor y mentalmente me planteo el maratón, me pongo como objetivo ir despacito para llegar entero a la media maratón, a partir de ahí Dios dirá. Voy distrayéndome con la gente que me cruzo, vaya caritas, vaya maquinas!!! Se ve de todo. Si ese puede yo también!!! Hasta el km 20 voy bien, el ritmo es mas o menos constante y el dolor de la rodilla lo voy controlando. Cuando llego al 21 paso de la tierra al asfalto, de repente la rodilla revienta y no puedo apoyar la pierna, veo las estrellas, me pongo a andar, otra vez a trotar y otra vez a andar. Veo un puesto de avituallamiento y paro a beber y comer algo. Me calmo un poco y de nuevo lo intento, decido no doblar la rodilla izquierda y seguir avanzando, el ritmo es ahora de 7.30 min/km, por lo menos puedo avanzar, pues nada, ya llegaré. Voy comiendo y bebiendo todo lo que puedo y los kilómetros van pasando lentamente, llego al 31 y me cruzo con Rafa y Juanma van lentos pero seguros, como debe ser. A partir del 33 empiezo a desplazarme arrastrando los pies voy haciendo un ruido enorme sobre el camino de tierra, pero al menos controlo la rodilla, durante un par de kilómetros me emparejo con un colega aleman, por increíble que parezca lo dejo atrás, vamos todos agotados. Estos kilómetros son realmente eternos, poco a poco empieza a volver el sentimiento de euforia. En el 37 tengo claro que voy a cumplir mi sueño. La mezcla es brutal, sientes el dolor, estás sin fuerzas y la adrenalina invade tu cuerpo, el sentimiento es épico. Llego al 38, están poniendo a todo volumen Metallica (whiskey in the jar), no aguanto mas, me vienen a la mente todos mis familiares de golpe, uno tras otro, imposible contener las lagrimas, las gafas de sol las ocultan, me dejo llevar. Cae el 39, el 40 y llega el 41, ultimo kilometro, de nuevo lagrimas, la sensación es fuerte. Llega la ansiada alfombra azul, las gradas repletas, dicen tu nombre en alto y todo explota, el sueño se hace realidad, el reto se cumple, internamente das gracias a todos los que te han apoyado, quieres que dure para siempre pero es el final de una historia, un momento único que siempre recordaré.
Mil gracias a todos.
7 y 20 de la mañana, suena la bocina, no hay prisas, dejamos que nuestros acompañantes despejen un poco el canal y comenzamos a nadar. Rafa a la derecha, Juanma en medio y yo a la izquierda. Empezar tranquilo es importante, vas calmando toda la tensión acumulada en los días previos y te concentras en la prueba. El día está perfecto, vamos avanzando paralelos a la orilla, muy cerca de esta. Tenemos el sol de cara y no se ven bien las bollas, da igual, ya llegaremos. Tras un buen rato pegamos el primer giro, voy mentalizado para este tramo porque es larguísimo. Cambiamos de formación y Juanma se mete detrás a seguir mis pies, mas adelante pasa Rafa y finalmente Juanma. Se me hace corta la vuelta y llegamos al último giro, solo quedan unos 500 metros que se hacen muy rápido. Salimos del agua y me doy cuenta de que no voy nada cansado. Ahora empieza lo divertido, primera transición. Nos colocamos cada uno en el pasillo donde esta nuestra bolsa con todo lo necesario para la bici y entramos en una enorme carpa para cambiarnos, aunque no hay prisas haces las cosas rápido, hay que coger mil cosas y sobre la marcha decidir que ropa ponerte (abrigo o no). Al final nos ponemos ropa corta ya que parece que no va a llover y hará unos 20º. Salimos de la carpa y cogemos la bici, Rafa se queda un poco atrás en este cambio, Juanma y yo salimos a la misma altura. Empezamos la bici muy despacito, esperando que llegue Rafa, el caso es que pasados unos kilómetros no llega, luego nos enteramos de que se había caído.
Empieza el tramo que mas temo, 180 km de bici en solitario, nunca los he hecho, lo máximo que he hecho nunca han sido 140 en grupo y acabé hecho polvo, no sé como responderá mi cuerpo en el maratón tras la bici. Tengo dos consignas claras, la primera comer y beber con mucha frecuencia y poca cantidad, la segunda ir despacito. Nada mas empezar la bici me doy cuenta que necesito orinar, la opción mas lógica es parar en la cuneta pero aquí la lógica se dejó a un lado hace mucho así que aprovecho una bajadita me pongo de pie en la bici y meo sobre la marcha, Dios que gusto. Paso a Juanma y me comenta que quiere parar a mear, mi respuesta es clara, quillo, ¡¡sobre la marcha!!, kilómetros mas en uno de los muchos adelantamientos mutuos me comentará que ya ha meado 2 veces (Joder y decía que no podía). Los kilómetros van cayendo, sobre el 50 me entra una pequeña crisis mezcla de bajón y pánico, en estos momentos hay que mantener la cabeza fría y evadirse, el bajón pasa. Por fin nos acercamos a unos de los puntos calientes de la prueba, la Solarberg, es una cuesta de unos 500 metros petada de gente hasta arriba y con musica a todo volumen cuando yo pasé ACDC (ni pidiéndolo!!!), el subidón es sublime, al paso de cada ciclista la gente se te echa totalmente encima animando a tope, el estado de euforia es total, indescriptible, hay que vivirlo, pensar que hay que volver a pasar por ahí es un buen motivo para seguir. La segunda vuelta se hace dura, muy dura. Te duelen las piernas y las fuerzas empiezan a flaquear, la media va bajando, al dolor de piernas se une un dolor de cuello insoportable que hace que no puedas acoplarte a la bici, la postura es imposible de aguantar y lo peor de todo es que la parte externa de la rodilla izquierda me pide que deje de pedalear, siento un dolor agudo en esa parte. Sobre el km 130 me sobreviene otro momento crítico, este lo esperaba desde antes de empezar la prueba, había llegado el momento de aguantar, aguantar sin mas, empiezo a mirar el cuenta cada 2 o 3 kilometros, hay que seguir hasta el final, no me queda otra. Sobre el km 160 llega Rafa (vaya campeón) nos comenta que se ha caído pero que no ha pasado nada, viene con fuerza y se aleja un poco, a mi lleva ya tiempo doliéndome mucho la rodilla izquierda y decido apretar en bici para que termine el dolor de la rodilla, sin mas meto plato y me pongo a darle fuerte sin pensar en el maratón solo en bajarme de la bici. Por fin llega el km 180, fin de la bici. Un voluntario te recoge la maquina y me dirijo a la carpa para ponerme el mono de triatlón, botines, gorra,.... está lleno de chavalitas y de señoras ayudando a los triatletas, yo busco donde cambiarme pero se ve que me voy a tener que despelotar allí en medio, la verdad es que estoy tan cansado que me da exactamente igual así que procedo a enseñar las bolingas y tranquilamente me voy cambiando, Juanma me pega una voz, Rafa y él ya han llegado y se están cambiando también. Salimos los tres juntos de la carpa y echamos una meadita en los servicios que hay fuera. Yo comienzo a trotar y siento un dolor tremendo en la rodilla cada vez que piso con la pierna siento como si me clavaran una aguja en la rodilla, por dentro me vengo abajo, lo primero que pienso es que va a ser imposible terminar así todo un maratón, vaya putada. Por detrás escucho a mis compañeros de fatigas con los típicos comentarios, quillo que vas muy rápido!!!!, estas loco!!!,....Yo tiro, por dentro jodido y pensando que ni de coña acabo, llegar hasta aquí para esto!! Me alejo de mis compis, ellos van a su ritmo, no me cabe duda de que acaban seguro. Yo, poco a poco me voy acostumbrando al dolor y mentalmente me planteo el maratón, me pongo como objetivo ir despacito para llegar entero a la media maratón, a partir de ahí Dios dirá. Voy distrayéndome con la gente que me cruzo, vaya caritas, vaya maquinas!!! Se ve de todo. Si ese puede yo también!!! Hasta el km 20 voy bien, el ritmo es mas o menos constante y el dolor de la rodilla lo voy controlando. Cuando llego al 21 paso de la tierra al asfalto, de repente la rodilla revienta y no puedo apoyar la pierna, veo las estrellas, me pongo a andar, otra vez a trotar y otra vez a andar. Veo un puesto de avituallamiento y paro a beber y comer algo. Me calmo un poco y de nuevo lo intento, decido no doblar la rodilla izquierda y seguir avanzando, el ritmo es ahora de 7.30 min/km, por lo menos puedo avanzar, pues nada, ya llegaré. Voy comiendo y bebiendo todo lo que puedo y los kilómetros van pasando lentamente, llego al 31 y me cruzo con Rafa y Juanma van lentos pero seguros, como debe ser. A partir del 33 empiezo a desplazarme arrastrando los pies voy haciendo un ruido enorme sobre el camino de tierra, pero al menos controlo la rodilla, durante un par de kilómetros me emparejo con un colega aleman, por increíble que parezca lo dejo atrás, vamos todos agotados. Estos kilómetros son realmente eternos, poco a poco empieza a volver el sentimiento de euforia. En el 37 tengo claro que voy a cumplir mi sueño. La mezcla es brutal, sientes el dolor, estás sin fuerzas y la adrenalina invade tu cuerpo, el sentimiento es épico. Llego al 38, están poniendo a todo volumen Metallica (whiskey in the jar), no aguanto mas, me vienen a la mente todos mis familiares de golpe, uno tras otro, imposible contener las lagrimas, las gafas de sol las ocultan, me dejo llevar. Cae el 39, el 40 y llega el 41, ultimo kilometro, de nuevo lagrimas, la sensación es fuerte. Llega la ansiada alfombra azul, las gradas repletas, dicen tu nombre en alto y todo explota, el sueño se hace realidad, el reto se cumple, internamente das gracias a todos los que te han apoyado, quieres que dure para siempre pero es el final de una historia, un momento único que siempre recordaré.
Mil gracias a todos.
1 comentario:
¡Enhorabuena Manolo! Acabo de descubrir tu blog a través de tu nick en el MSN y me he leído entera la epopeya de Roth y me he quedado francamente impresionado. Estás hecho todo un campeón y aquí tienes mis felicitaciones. Saludos del Porti.
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