08 mayo 2011

101 Ronda 2011

Hola a todos,
aquí os escribo desde la comodida de mi sofá y escuchando Pearl Jam (porque no todo es sufrir)
en primer lugar y antes de redactar mi crónica os quiero agradecer los ánimos durante la prueba, cada vez que sacaba el móvil y leía los nuevos mensajes mis piernas me dolían un poquito menos y la meta se veía mas cerca.
Llegué a Ronda el mismo domingo, sobre las 7:30 puesto que quería ir con tiempo y no agobiarme con los preparativos. A las 8 se abría el campo de futbol desde donde se inicia la prueba, yo entré de los primeros y tranquilamente entregué mis dos mochilas con diferente material, una para Setenil (km. 60) y otra para el Cuartel del Tercio (km. 78), ambas iban hasta arriba, con una muda completa en cada una, comida,...
Tras entregarlas a mis, desde ayer, apreciadísimos legionarios esperé a la salida de la prueba (11.00), aquí me busqué un buen sitio resguardado del viento y me tumbe en el tartán con la camelback como almohada, la espera se me hizo larga y maté el tiempo dormitando, distraído con el ambiente y charlando con unos y otros.
Justo 30 minutos antes de empezar se puso a llover, tengo suerte y me pude cobijar debajo de una lona de publicidad junto a un gallego y unos portugueses, a mi en ese momento no me hace mucha gracia que llueva pero parece que soy el único, la gente por allí paseando mojándose como si nada, ultrafondistas, otra raza. Justo antes de salir me encuentro con unos auténticos máquinas del ultrafondo sevillano junto con el organizador de las 24 horas de la Breña, los saludo brevemente y luego me dirijo a la salida. De repente me veo dándole la vuelta al campo de futbol rodeado de una multitud, se notan los nervios, las ganas y la ilusión, aprovecho para sacar unas fotos de recuerdo y disfruto del momento.
Sin mas se da la salida, salgo por la parte de atrás y los primeros kilómetros por las calles de Ronda son mas de caminar que de correr, hay euforia en el ambiente y el pueblo sale a animar a los corredores/marchadores. He cuanto la cosa se disipa un poco ya estamos todos corriendo.
El cielo se despeja y a mi me sobra el chubasquero, lo engancho a la mochila (ahí quedaría hasta el final de la prueba). Vamos a ritmo y me dejo llevar por la gente que me rodea, aquí nadie para y pasamos los primeros kilómetros. De repente la primera cuesta importante, todo el mundo se pone de acuerdo y se para de correr, a caminar!!!. Esto ocurre hasta el final de la prueba, en cuanto se aprecia pendiente hacia arriba se para y se anda, norma no escrita de los 101.
Ayer descubrí mis debilidades y fortalezas en esto del ultrafondo a pie, algo que pude comprobar hasta meta: Corro rápido y ando muy lento. Sin nada que hacer al respecto, no podía correr mas despacio, aunque quisiera (que no era el caso) y no podía andar más rápido aunque lo intentará con todas mis ganas. No sé si esto se entrena, supongo que si.
Cada 5 kms hay un avituallamiento (agua, isotónico, platanos y naranjas), aparte hay 3 especiales: km 25 (sandwich y donuts), km 60 Setenil (Media tableta de chocolate y medio sandwich) y el cuartel km 78 (cena en comedor: arroz, perrito caliente, pan, cocacola y yogurt). Yo, aparte llevaba siempre la mochila llena de barritas y geles, de los cuales fui dando cuenta entre algunos avituallamientos.
Al llegar al 25 alguien canta el tiempo (2 horas y 40), me siento en una piedra y mientras me como el donut pienso que voy demasiado rápido, bueno, la prueba ya se encargará de ponerme en mi sitio. Aprecio que soy el único que para a sentarse.
A partir del 25 se suceden una serie de kilómetros en los que sufro mucho mentalmente, me empiezan a doler las piernas y pensar que me quedan 75 kms se me hace duro. Es un tramo  de 5 kms en el que se suceden rectas muy largas y me cuesta mucho correr con continuidad. Al llegar el 30 empieza una bajada que nos lleva a Arriate, ahora me toca a mi y me pongo a correr recuperando el estado de ánimo y pasando a mucha gente, finalmente son unos 5 kms que me vienen muy bien. Todo lo que sube baja y al reves, así que tras la bajada llega una subida interminable (4kms al 9%), de nuevo me pasa muchísima gente, es lo que hay.
A estas alturas me doy cuenta de que prefiero o bajar o subir, bajando me dejo caer trotando y subiendo camino, en llano me cuesta correr y andar se me hace un mundo. Esto no será un gran problema, no hay un metro llano. Pasa el tiempo y la distancia y llegamos a Alcalá del valle y de allí a Setenil (km 60).
En Setenil me espera el primer descanso grande, tengo allí una mochila y aprovecho para asearme un poco y cambiarme de ropa, las zapatillas no las cambio, van secas y no noto ampollas. Me siento por segunda vez en el día y me alimento. Tras hablar algo con la gente salgo de nuevo. Voy reventado pero curiosamente la táctica no varía, me sorprendo a mi mismo echando a correr en cuanto hay ocasión, voy avanzando pensando en llegar al siguiente avituallamiento, sin mas meta que esa. En estos kilometros empiezo a tener problemas con el estómago, me duele muchísimo y lo tengo descompuesto, tras correr en las bajadas parece que me va a reventar, así con mas pena que gloria y tras una bajada larga cuya fuerte pendiente nos destroza las piernas llego a el Cuartel del Tercio (78), uffffff. Entro de día y salgo anocheciendo, decido no cambiarme ni la camiseta ni las mallas, cojo dos camisetas de manga larga y cargo la mochila con comida, ceno en el comedor y tiro. Tras un tramo de carretera enfilamos la "temida" subida a la ermita, larga y dura y con mucho desnivel al final.
De nuevo bajada larga hasta Benaojan, y yo corriendo a buen ritmo (inexplicable).
Al salir de Benaojan viene una parte que se hace difícil ya que está embarrado y no veo nada, por suerte lo hago con un chaval del Viso del Alcor que tiene la virtud de que todo lo que dice me hace mucha gracia, y aunque la cosa no está para bromas se me hace mas llevadero. Aquí cada uno va a su ritmo y me vuelvo a quedar solo, estoy por el 90 y ya queda menos.
Del 90 al 95 lo paso fatal, me quedo totalmente solo y es todo llano, está oscuro y no tengo fuerzas para echar a correr, lo intento pero no duro ni un minuto.
Sobre el 95 se ve Ronda y nos vamos acercando a la "famosa" cuesta del cachondeo, el nombre lo dice todo. Se trata de entrar en el pueblo por un camino empedrado que asciende por el espectacular Tajo de Ronda (2 kms de fortísima pendiente), la cercanía del final hace que no desfallezcamos e incluso parece que vuelven las energías.
Finalmente y tras subir algo mas ya dentro del pueblo, tras una larga avenida se intuye la meta, como todos echo a correr, el pueblo te aplaude y la satisfación es plena al cruzar el arco, objetivo conseguido y creo que de forma digna.
Tras cruzar la meta, masaje, vuelta a cenar, todo ello en un estado de semihipotermia y felicidad.
Destacar la organización de la prueba por parte de la legión, el carácter de los legionarios siempre superatentos y amables y el ambiente entre los participantes.
Gracias por leerme.
Saludos a todos
Por supuesto quedo a vuestra disposición para ayudar en lo que pueda si alguna vez os dáis un golpe en la cabeza y os aventuráis con este reto de los 101.